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sábado, 1 de junio de 2013

Ivette Cepeda: “Creo en la música cubana”

22 de mayo de 2013
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Perfecta combinación entre cubanía y universalidad, imbricadas en una voz poderosa y dulce a la vez. Pero sobre todo, segura de que su gran pasión es la música. De todo eso, y más, es portadora Ivette Cepeda quien junto a su grupo “Reflexión” ha registrado para la posteridad grandes canciones de imprescindibles autores nacionales en un CD/DVD nombrado “Miracle”.
En conferencia de prensa realizada en el Habana Café del Hotel Meliá Cohiba, se dieron a conocer datos de esta producción que muy pronto estará circulando entre los cubanos, para así constatar que Cepeda es, sin dudas, una de las grandes voces de la música cubana contemporánea.

Dos joyas se registran en este material: la presentación que ofreciera la cantante en la capital de Francia el 5 de noviembre de 2011 en el Centro de las Artes de Enghien-les-Bains – con dirección musical del compositor y arreglista José Luis Beltrán – y el multipremiado documental “Una cubana en París”, del realizador francés Dominique Roland – el cual recoge opiniones de la intérprete sobre trascendentales músicos cubanos escogidos por ella para interpretar sus canciones en esa actuación.
Obras de Marta Valdés, Juan Formell y Bola de Nieve – a quien quiso homenajear Ivette Cepeda en el centenario de su natalicio –, entre otros, pueden encontrarse en versiones bien interesantes tanto por las nuevas sonoridades como por la majestuosidad interpretativa de la cantante, quien muestra un dominio y una versatilidad más que probadas por actuar ante un público no conocedor de esa música, y atraparlos y subyugarlos con la imponente ejecución de su registro vocal.
“Miracle” – nombre nada fortuito, pues el “milagro” se hizo una realidad – fue nominado en la 16 edición de la Feria Internacional Cubadisco 2013 en la categoría de Canción en Vivo.

El milagro de una canción

Justo después de la presentación del CD/DVD “Miracle”, Ivette Cepeda, sencilla y espontánea, como las grandes artistas accedió a conversar y a confesar cosas que sentía necesidad de compartir. Son preguntas sencillas pero grandes respuestas de alguien que con entrega y talento se ha ganado y sigue ganándose cada vez más el cariño de sus seguidores.


Piensa Ivette Cepeda que “Miracle” llega en un buen momento de su carrera.
Así son los milagros: llegan cuando hacen falta de verdad. Y por eso creo que sí, que “Miracle” llegó en un momento de mi carrera en que me siento más segura de lo que estoy haciendo, de todo lo que estoy diciendo. Yo empecé esta carrera como cantante cuando yo pensé que no sabía qué hacer con mi vida en el orden profesional. Hice muchas cosas antes: canté en hoteles, en lobby-bares; luego en shows de cabarets. Empecé como solista en el Gato Tuerto y lo hacía con los músicos de allí que eran excelentes. Sin embargo, comencé a tener deseos de escuchar y hacer una música que se pareciera a lo que estaba en mi mente, a lo que me hiciera latir el corazón. Que la gente también dijera: esa música que tú oyes aquí es Ivette Cepeda. Y no solo por mi voz. Por suerte, apareció el grupo “Reflexión” y “Miracle” es el primer disco que hago con este grupo. Este CD recoge un concierto en vivo que para mí es algo irrepetible porque ocurre para un determinado público, un determinado día con un determinado fin. “Miracle” me ha permitido mostrar lo que yo hecho hasta ahora con el grupo “Reflexión”, en qué caminos de la música hemos transitado y deja para nosotros clara la idea de las sonoridades que queremos explorar como proyecto. Por todo esto, creo que sí, que “Miracle” llega a mi vida justo cuando tenía que llegar: cuando más necesitaba tener una respuesta de hacia dónde voy como artista.


Esa propia búsqueda la llevó a escoger el repertorio que está registrado en el disco, pura música cubana y de autores diversos. ¿Por qué esta selección?
Antes que todo, porque yo creo en la música de Cuba. Eso lo descubrí precisamente en Francia, donde se grabó este disco. Cuando fui a cantar una canción como “Duele” o “Perdóname, conciencia” o las de Bola de Nieve – a quien quise homenajear en el natalicio de su centenario – me di cuenta que muchas generaciones no las conocían. Ningún francés sabía esas canciones. Y ver cómo ellas hacen brotar en las personas que no están al tanto de nuestra música, ni saben nada de nuestras historias ni de nuestros artistas, un interés, una sensibilidad y quedarse con ganas de oír más. Eso me da una satisfacción inmensa y me corroboró que la música cubana tiene un potencial, tiene una fuerza, tiene un mensaje, un sentimiento muy grande y muy profundo. Y es que asimismo la música cubana ha estado premiada por las obras de músicos que más que nacionales son universales. ¿Cómo atreverme a tocar en puertas nuevas si yo tenía mucho, mucho caudal al cual hacerle reverencias? Y te digo: es para mí un reto muy grande escoger canciones nuevas porque aquellas que nos han legado hasta hoy es como el 2, 45 de Sotomayor. Vamos a ver quién sube allí. Hay que buscar, hay que retarse. Hay canciones que son muy simples y te dicen algo que posiblemente alguien ya dijo, porque de la tristeza, del dolor, del abandono, de la alegría, de todo eso se ha hablado. Pero hay alguien que toca un pedacito donde antes no había llegado otra gente. Dice Marta Valdés que hay una franja de la tierra donde está escondida toda la música. El que logra llegar allí y pesca, atrapa algo de esa música, es el que se hace grande. Yo quisiera algún día llegar no a ser grande sino a beber parte de ese caudal y ese es mi objetivo como intérprete.


Adelantos de su próximo disco, “País”…
Tengo escogidas algunas canciones. Dos de Roly Rivero que es un compositor que la gente no conoce mucho; un tema que se llama “País”, que es de Adiané Perera; tengo una canción de Raúl Torres. Tengo varios temas. Casi todas son canciones inéditas de autores no tan conocidos. Son artistas que se me han acercado y me han regalado una canción y yo las he aceptado, porque la gente sencilla siempre tiene algo que decir que se acerca a mí: a una manera un poco guajira. Y es que el tema del disco también atrae: la gente cuando viaja recuerda a su país por la yerbita, por el olor de la lluvia, por un lugar específico, por un determinado paisaje, por un amanecer, por el sonido de la cama en que dormía; por cosas así sencillas y cotidianas pero trascendentes para uno. Creo que esas son las claves de esos autores: la sencillez, la pureza; y es lo que quiero preservar.


¿Cómo logra Ivette Cepeda esa magia con el público, esa comunicación, más allá de su talento y su sorprendente voz, ya sea en peñas habituales como en grandes conciertos?
Para mí es todo un misterio. Sabes la cantidad de veces que he ido a trabajar sin tener nada en la mente, sin saber qué voy a hacer, incluso sin ganas de cantar. Hay días que uno no tiene ganas de cantar. Entonces, pienso que el misterio está en que la gente me va entregando un estado de ilusión, un estado de deseo de hacer algo. ¿Has visto la mirada de los niños? Son sinceras. La gente cuando llego a cantar me mira así. Y es ahí cuando me siento muy inspirada, muy recargada de esa energía y entonces devuelvo el mismo cariño que la gente me da; devuelvo la misma alegría en una canción alegre; las ganas de bailar cuando dos personas, por ejemplo, se ponen a bailar. Las personas me premian con amor y yo solo lo devuelvo, nada más.

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