El Asturiano tuvo una función única... así que únicamente los que fuimos anoche tuvimos la suerte de disfrutar de una noche de sábado fantástica.
A pesar del tiempo que hacía que no iba a este bar, fue muy rico llegar a un lugar y que todo el mundo se alegrara de vernos, desde el parqueador harta el último de la fila. Nos recibieron como en casa, se veía el placer de recibirnos en esas caras, como diciendo:
¡Qué maravilla... volvió Ivette y su gente!
Justo para homenajear a los Padres, pasaditas las 12, comenzó la descarga. El público nuevo totalmente, un público que estaba en ese bar... solamente por el bar. Dos mesitas de los de siempre, ¿el resto? desconocidos.
Creo que fue un reto. Primera canción... pasó, cada uno a lo suyo, y segunda, también. Hasta que Ivette "Alzó su voz" con ese tremendo guagancó, lo que bastó para que todo el mundo sintonizara la misma frecuencia. Se acabó el temor. Siguió Luna de papel, País, La Conga, Ausencias, Ojalá... y el fondo bullicioso del bar se sumó al coro, a las palmadas, se sumó a la buena música.
Y como siempre ocurría en el Asturiano, cerraron con La consentida… error, pensaban cerrar, pero les faltó el permiso del público nuevo que le pidió más, así que no les quedó más remedio a Ivette y Reflexión que "Prestarle su color" y hacerlos felices. Para mí este tema se ha convertido ya en un himno que no puede faltar nunca.
Gracias miles y Felicidades a todos los Papacitos lindos en este día. Besos.
Maruja
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